Asia

Uno de los seis continentes; 44.443.738 km2 (30 % de la tierra emergida), 3.101.108.000 hab. Su territorio se extiende entre los 26ºlong. E (en el cabo Baba, Turquía) y los 169o long. O (en el cabo Dézhniov, estrecho de Bering), y entre los 77o lat. N (en el cabo Cheliuskin, Siberia) y 1o lat N (en la península de Malasia). El más extenso de los seis continentes, limita al N con el océano Ártico, al S con el océano Índico, al E con el mar de Bering y el océano Pacífico y al O con los mares Rojo, Mediterráneo, Negro y Caspio, así como con los montes Urales y la cadena del Cáucaso. Las costas septentrionales de Asia, bañadas por el océano Glacial Ártico, son bajas y uniformes. El E y el SE de Asia se encuentra bordeado por un cinturón de islas que enmarcan diversos mares costeros. Algunas de ellas constituyen una prolongación de sus cadenas montañosas, como las Kuriles, el archipiélago de Japón, Taiwan (Formosa) y los archipiélagos de Filipinas, Célebes, Molucas y Sonda. Existen también grandes islas como Borneo y Sri Lanka (Ceilán). En las costas meridionales se articulan grandes penínsulas, como la de Asia Menor, bañada por el Mediterráneo y el mar Negro, la Arábiga, bañada por el mar Rojo y el mar Arábigo, la del Indostán, bañada por el mar de Omán y el océano Índico, y la península de Indochina, que se extiende hacia el S, entre el mar de Andamán y el mar de la China Meridional, hacia el archipiélago de Malasia. Entre estas penínsulas se abren grandes golfos, como el de Adén, el Pérsico, el de Omán, el de Bengala y el de Tonkín.

• GEOGRAFÍA. Geología y relieve.- La masa continental asiática, probablemente originaria de finales del precámbrico, está integrada por cuatro plataformas diferentes: la siberiana, en el N; la china, en el E; la india, en el S; y la arábiga, en el SO. Las dos primeras formaron parte del antiguo continente de Laurasia, mientras que las dos segundas son restos del Gondwana que acabaron separándose de este antiguo continente para acercarse progresivamente a las masas septentrionales. Estas viejas plataformas no siempre afloran, sino que pueden estar recubiertas por espesas capas sedimentarias. A ellas se añade el archipiélago de Insulindia, que destaca por su actividad volcánica y sísmica (cinturón de fuego del Pacífico), cuya principal isla es la de Borneo, con una extensión de 725.472 km2. Asia es el continente con mayor altitud media (950 m aprox.). El relieve del continente se caracteriza por el contraste entre las inmensas superficies llanas, accidentadas por algunos escarpes rectilíneos (Arabia, Decán, Xinjiang, Mongolia, China del norte y China del noreste), y las cadenas de altas montañas, que discurren a veces de forma paralela y en otros casos se ramifican en direcciones divergentes. En Asia central y occidental las cordilleras presentan una dirección E-O, desviándose hacia el N o hacia el S en el Extremo Oriente. En el N se encuentran los sistemas montañosos de Birranga, Verjoiansk, Cherski, Kolimá, Yablonovi, Stanovói y Altái, aunque dominan las llanuras y mesetas (llanura de Siberia occidental y meseta de la Siberia central). En el O se encuentran los montes Urales y el Cáucaso, los montes de Turquía, Elburz y Zagros. En el E. aparece la cordillera Central de la península de Kamchatka y el Gran Xingan, y al S, las cordilleras de Karakoram, Tian Shan y Kunlun, Hindu Kush, Himalaya (donde se encuentran los montes más altos del planeta, y entre ellos el Everest -8.846 m-, la cima del mundo), Ghates y Barisan. Las cordilleras tienen su origen en plegamientos más recientes cuanto más se acercan al S en Asia central y hacia el E en Extremo Oriente. Así, son caledonianas las de Altái y Tian Shan, herciniana la de Gran Xingan. Tienen su origen en las orogénesis del secundario, frecuentes en Extremo Oriente, los montes Verjoiansk y Cherski. Durante el terciario se plegaron una serie de cordilleras que van desde Turquía (cadena póntica, Taurus), el Zagros, el Himalaya hasta Indonesia. En el S y el SE se pueden encontrar montañas todavía más recientes, las Siwalik y el arco Koriakski-Kamchatka-Kuriles, todavía en proceso de levantamiento. Existe una intensa actividad sísmica y volcánica, especialmente en Japón, Kamchatka y Filipinas, ya que en esta zona se encuentra la parte más activa del «cinturón de fuego del Pacífico». Las cordilleras se abren para dejar paso a veces a cuencas, llanuras o mesetas (Anatolia, meseta iraní, Tibet, Ordos, llanura de Manchuria, etc.). En Asia occidental y central se encuentran altas llanuras y elevadas mesetas, en gran parte con circulación hídrica endorreica y rodeadas por vastos conjuntos de montañas periféricas.Clima. La gran extensión en latitud del territorio de Asia, la influencia de los mares circundantes y de su propio relieve, y el régimen de los monzones explican la gran diversidad climática del continente. En la mayor parte de Siberia predomina un clima subártico, con veranos cortos y cálidos, e inviernos largos y muy fríos. Al E de Siberia se han llegado a alcanzar temperaturas de -71 oC. Las precipitaciones, más bien escasas, se distribuyen uniformemente durante todo el año. El clima continental que predomina en las estepas y las cuencas montañosas (Mongolia, Tibet, Irán, Anatolia) se caracteriza por los fuertes contrastes térmicos y la escasa pluviosidad. El clima mediterráneo está limitado a la franja litoral de Asia Menor y Siria. Presenta inviernos lluviosos y templados y veranos cálidos y secos.

En China centro-oriental y en las llanuras del Ganges se manifiesta un clima subtropical con diferencias estacionales de temperaturas más acusadas que en el clima tropical. Este último predomina en Indochina, Decán y Sri Lanka y se caracteriza por las intensas lluvias durante el monzón estival y las importantes oscilaciones térmicas. Finalmente en Filipinas, Insulindia, península Malaya y costas de Birmania se de un clima ecuatorial caluroso y húmedo.

Hidrografía. La gran franja montañosa que atraviesa el continente divide las principales cuencas de Asia, tributarias del océano Pacífico (23 % de la superficie), del océano Índico (18 %) y del océano Glacial Ártico. Pero en Asia existen también extensas cuencas cerradas (30 %), que corresponden a las grandes depresiones internas y que se alimentan de esta franja montañosa central. Las principales masas de agua son el mar Caspio (el lago salado más extenso del mundo: 371.000 km2), el mar de Aral, así como el Baikal y el mar Muerto. Toda la parte media del territorio, desde el mar Caspio hata el desierto de Gobi está ocupada por zonas arreicas, sin hidrografía superficial. Las aguas de los principales ríos que nacen en la franja montañosa central llegan hasta el mar. Se trata de ríos con grandes caudales que se han convertido en ejes de atracción humana y de civilización. De Anatolia nacen el Tigris y el Éufrates que irrigan la llanura mesopotámica. En la montañas del Tibet tiene su origen el Indo, que ha formado la amplia llanura de Pakistán. En el Himalaya nace el Ganges, que se une ya cerca de su desembocadura con el Brahmaputra formando un amplio delta. De los valles tibetanos con orientación SE nacen los principales ríos de la península indochina, como el Mekong, mientras que en los más orientales surgen los grandes ríos chinos Yangzi Jiang y Huang He. Todos estos ríos cuentan con caudales estacionales, dependientes de las precipitaciones, especialmente las monzónicas. Los ríos que se discurren hacia el N, aunque no tengan la misma importancia cultural, cuentan también con una gran longitud, aunque son menos caudalosos. Nacen en la cadena circunsiberiana el Obi-Irtish, que atraviesa la gran llanura occidental, el Yeniséi, que con el Angara alcanza el lago Baikal, el Lena, el Kolimá. También es un río importante el Amur, tributario del Pacífico.Flora. En las zonas de climas siberianos existe una vasta franja de tundra, más amplia en Siberia oriental. Al S de ella se encuentra el extenso bosque boreal de coníferas (taiga), constituido por abetos, pinos (Siberia occidental) y alerces (Siberia oriental).

Al S de la taiga se pasa a la estepa boscosa, a la que siguen en el Asia central las estepas de gramíneas. En los suelos salados existe una vegetación de artemisas. Por lo que se refiere a la vegetación mediterránea de las costas turcas y sirias, destacan los bosques de abetos y cedros. En Oriente Medio dominan las estepas. El interior de Arabia es desértico, mientras que sobre los montes de Yemen existe un bosque con especies mediterráneas y tropicales. En la parte occidental del Himalaya, por debajo de la franja de vegetación alpina, existen bosques de abetos, a los cuales siguen, en un nivel inferior, las encinas xerófilas. En la parte oriental, más húmeda y sometida a los monzones, destacan la vegetación de coníferas y rododendros gigantes. Entre los 1.800 y los 3.000 de altitud predomina el bosque húmedo de magnolias, lauráceas, lianas y musgos.

Por debajo existen bosques mixtos con especies de tipo templado y tropical. En el Tibet central existe un desierto montañoso de musgos y líquenes, mientras que en los valles secos de la vertiente himalaya se da una vegetación de artemisas. La India centro-meridional, bajo influencia monzónica, está ocupada por bosques de caducifolias. En el SE de Asia se da selva pluvial (en las islas), bosque de plantas de hoja perenne y, en Indochina, bosque de caducifolias y sabana de matorral de plantas espinosas. En los montes se encuentran encinas y pinos de tipo tropical. En los deltas de los grandes ríos existe bosque inundado. En las costas meridionales de China se ha desarrollado el bosque tropical higrófilo, al que sigue, en el interior del país, una franja dominada por el bosque de plantas de hoja perenne de latifolias (lauráceas, encinas, magnolias, etc.) y algunas coníferas peculiares. En China central existe un cinturón forestal de bosques mixtos y en China septentrional y Manchuria se dan formaciones forestales de hojas caducifolias. En el interior de China, hacia el desierto de Gobi, aparecen praderas frondosas o esteparias. Al N de Japón se han desarrollado especies caducifolias y en los montes formaciones de coníferas. El S aparece cubierto por el bosque «chino».

Fauna. En la tundra de Siberia viven los animales típicos de las zonas árticas como el oso blanco, el lemming, la foca, el reno, la liebre blanca y el zorro polar. En la taiga se encuentran el oso pardo, el lobo, el ciervo, la marmota, el zorro plateado, la nutria. En las estepas y desiertos de Asia central y suroccidental existen especies como el león (Arabia, Mesopotamia e Irán), el tigre siberiano, el leopardo, el chacal, la hiena, el antílope, la gacela, el camello, el yak, el panda y algunos équidos salvajes. Propios de las zonas monzónicas son el tigre, el elefante, el rinoceronte, numerosos cérvidos, etc. La gran mayoría de los bosques de la zona monzónica son ricos en especies de aves como los papagayos, pavos reales, faisanes, ánades. Asimismo destacan, en estas zonas, varias especies de reptiles como las serpientes pitones, las boas y los cocodrilos.Población.

En Asia vive casi el 70 % de la población del planeta. El crecimiento demográfico en gran parte del continente es muy elevado. Sólo algunos países como Japón o China han logrado reducir el crecimiento anual a tasas próximas al 1 ô. Con unos 3.100 millones de hab., la densidad media de Asia se acerca a 70 hab./km2, aunque la distribución de su población es bastante desigual. De hecho, la mayor parte de la población de Asia, el 90 %, se encuentra concentrada en la franjas externas del continente. Las máximas densidades se localizan en las áreas fluviales agrícolas, sobre todo en la llanura del Ganges y en las franjas fluviales de China. Toda la China oriental es una región de elevada densidad, con medias superiores a los 100 hab./km2. Los puntos de mayor densidad se encuentran en las llanuras del Yangzi Jiang y Huang He, en el golfo de Tonkín y en Bengala, donde se llegan a superar en muchas zonas los 500 hab./km2. Algunas áreas, por su gran productividad agrícola o por su gran concentración urbana e industrial, tienen densidades excepcionalmente altas, como Java (600 hab./km2), la isla japonesa de Honshu (1.000-1.500 hab./km2). En todas estas regiones de elevada densidad está muy desarrollado el urbanismo. En cambio, la gran franja árida que va desde la península arábiga hasta Asia central y Mongolia es un área de población escasa, con densidades medias entre 1-10 hab./km2. Otra área poco poblada es Siberia, por sus difíciles condiciones climáticas.Ciudades. En Asia tuvo sus orígenes el fenómeno del urbanismo.

Unas 60 ciudades superan el millón de habitantes. Tres cuartas partes de ellas se encuentran en China, Japón o la India. Entre las mayores concentraciones urbanas destacan las de Tokyo (8.163.000 hab.) y Shanghai (7.228.000 hab.), Calcuta (4.338.000 hab.), Bombay (9.909.000 hab.), Delhi (7.175.000 hab.), Yakarta (6.503.000 hab.), Pekín (5.568.000 hab.), Seúl (10.628.000 hab.), Bangkok (5.876.000 hab.), Tianjin (4.419.000 hab.). Algunas deben su desarrollo al impulso comercial dado por el colonialismo a las grandes ciudades portuarias (Shanghai, Hong Kong, Yakarta, Calcuta, Bombay). También han tenido un gran desarrollo las capitales que han asociado a las funciones administrativas actividades industriales, comerciales y culturales. Existen casos especiales dentro del urbanismo de Asia, como el de las grandes ciudades pioneras rusas en Siberia (Omsk, Novosibirsk), o el de las ciudades con una función religiosa, como Benarés, Lhassa y Ulan Bator.

Etnografía. La presencia de formas humanas en Asia se remonta a tiempos muy remotos. Los restos fósiles más antiguos, que datan del cuaternario y pertenecen al grupo de los protoantropos, han sido hallados en el SE de Asia (pitecantropo de Java y sinantropo de Zhoukoudian, cerca de Pekín). También se han descubierto restos fósiles de paleontropos en Java y Palestina. En la actualidad se pueden distinguir algunas grandes zonas geográficas que albergan los distintos tipos étnicos. En los pueblos de Asia occidental, distribuidos desde el Turkestán hasta el Mediterráneo, predominan los caracteres europoides (tipos iraniano, árabe, turánico, anatólico y urálico), aunque no faltan tampoco caracteres mongoloides (turco-tártaro, calmuco). En los pueblos de Asia central y oriental, asentados en una zona que va desde el Turkestán hasta el archipiélago japonés, los caracteres dominantes son los mongoloides, que se presentan más acentuados en las zonas centrales (tipos sínico y sudmongólico) y menos acentuados hacia el N, el O y en las islas (tipos turco-tártaro, tibetano, japonés). En los pueblos de Asia situados al sur del Himalaya (que habitan la cadena del Himalaya, las llanuras del Ganges y del Indo y la península India) dominan tanto los caracteres europoides (tipos irano-afgano, indio), como los mongoloides (tibetano) o los mixtos (melanoindio). En el Asia insular, excepción hecha de Japón, se pueden encontrar grupos puros, como el sudmongólico, o mestizos, como el indonesio (mezcla de elementos europoides y mongoloides), e incluso tipos pertenecientes a grupos residuales como el pigmoide, que tiene influencias negroides y australoides.

Lenguas. Asia presenta una situación lingüística bastante compleja. Cuenta con familias lingüísticas muy diferentes, dentro de las cuales existe una gran riqueza de variedades. En el continente existen grupos lingüísticos exclusivamente asiáticos como el chino-tibetano, el altaico, el paleoasiático, el dravídico, el caucásico y el mundapolinesio. Tienen también un origen asiático algunas lenguas como el japonés y el coreano, el buruchaski y el andaman. Existen asimismo grupos lingüísticos que se pueden encontrar en otros continentes como el indoeuropeo, al que pertenecen las lenguas indoarias, iraníes, el armenio y el ruso, y el grupo semítico, que incluye el árabe y el hebreo moderno.

Religiones. Asia es el continente de las religiones, ya que las más importantes tienen su cuna en él. El budismo, un sistema filosófico religioso iniciado por Buda en la India en el s. VI a.J.C., se encuentra actualmente extendido por toda Asia centro-oriental. El brahmanismo, una religión teísta que integra también un conjunto de saberes prácticos y técnicas de comportamiento para la salvación del alma, se originó también en el s. VI y se practica en la India. El confucianismo, que surgió entre los ss. VI-V, se ha convertido en casiuna religión de Estado para el pueblo chino, ya que atribuye un papel determinante al comportamiento civil.

El sintoísmo, que surgió en el s. VI, ha llegado a ser con el tiempo la religión nacional de Japón. Por otra parte, en el O de Asia nacieron otras religiones universales como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. La religión hebraica, surgida en Palestina, se sigue practicando principalmente en el nuevo Estado de Israel. El cristianismo es practicado actualmente en Asia por unos 100 millones de personas. Finalmente, el islamismo está extendido por Asia occidental y meridional.

Agricultura y ganadería. En la última mitad del s. XX se ha transformado el aspecto agrícola de algunas regiones de Asia, especialmente de Kazajstán y Uzbekistán, y más recientemente, de China y la India. Gracias al incremento de las áreas de regadío, al aprovechamiento de amplias extensiones para el cultivo y a la modernización de las técnicas agrícolas se ha podido mejorar el rendimiento de la mayoría de los cultivos. La producción de arroz, el alimento base de la gran mayoría de la población asiática, constituye el 90 % de la mundial. El principal productor es China, seguida de la India, Indonesia, Bangla Desh, Japón y Tailandia. La producción de cereales de Asia es muy importante, pero se encuentra todavía bastante por debajo de las necesidades del continente, a pesar de su incremento en los últimos años. Las principales áreas cerealícolas continúan siendo las de la franja agraria septentrional: el N de China, la alta llanura del Indo, el altiplano de Anatolia, y las llanuras de Asia central y subsiberiana. Otro cultivo difundido en éstas áreas es el del maíz.

Por otra parte, en toda Asia existen numerosos cultivos industriales, entre los que destacan por su importancia los dedicados a la industria textil, como el algodón, que tiene sus principales áreas de cultivo en Kazajstán, Uzbekistán, China, India, Turquía y Pakistán. El yute se cultiva sobre todo en China, India y Bangla Desh. La caña de azúcar tiene una gran difusión en la India, Filipinas, China meridional, Indonesia y Tailandia. Asia proporciona las tres cuartas partes de la producción mundial de té. Grandes productores de té son India, China, Sri Lanka y Japón. Existen extensas plantaciones de café, sobre todo en Indonesia, y de bananas (India, Indonesia y Tailandia). Importantes productores de caucho son Malasia, que proporciona cerca del 30 % de la producción mundial, Indonesia y Tailandia. Las plantaciones de tabaco están sobre todo difundidas en China, India, Turquía y en los países de Asia central. La producción de cítricos de Asia (China e India) constituye el 60 % de la mundial. Otros cultivos destacados son la palma de aceite y de coco, el olivo (en el área mediterránea) y las frutas (dátiles en Iraq).

La taiga siberiana, aunque escasamente explotada todavía, constituye una inmensa reserva forestal. La madera extraída de ella se dedica a la fabricación de pasta de madera, papel, etc. En las áreas monzónicas tropicales de Indochina y de la India suroccidental se extraen maderas preciosas de los bosques. La ganadería continúa siendo en la mayoría de los casos una actividad subsidiaria de la agricultura. Casi la mitad de la ganadería bovina de toda Asia se encuentra en la India, aunque sus rendimientos son modestos, excluyéndose de ellos la producción de carne por motivos religiosos. Otro importante productor de ganadería bovina es China. Ambos países son también los principales productores de ganadería caprina. Por lo que se refiere a la ganadería ovina, se encuentra sobre todo difundida en los países de Asia central que anteriormente pertenecieron a la desaparecida Unión Soviética y en las zonas áridas de Asia centro-occidental, donde está vinculada al nomadismo. La ganadería porcina, junto con las aves de corral, constituye una de las principales fuentes de carne para la alimentación de las poblaciones china (China tiene más del 40 % de la cabaña porcina mundial) e indochina. En la India y Pakistán están difundidos los camellos y los búfalos, mientras que en la tundra y la taiga el animal más característico es el reno. La actividad pesquera se ha organizado sobre bases industriales en Japón, lo que le ha permitido convertirse en el principal productor mundial de pescado fresco y conservado. La pesca también tiene una larga tradición en Indonesia, Corea, China, India y los países de Indochina.Minería e industria. Asia dispone de importantes recursos energéticos. Las principales cuencas carboníferas se encuentran en los territorios de la Rusia asiática y en China. También son notables los yacimientos de la India, a los que siguen en importancia los de Japón y Corea. Los países de Oriente Medio, especialmente Arabia Saudí, seguida de Irán, Iraq, Kuwait y los otros pequeños emiratos de la zona, se han convertido en los principales exportadores mundiales de petróleo. También se ha incrementado intensamente la producción de petróleo de Siberia occidental y de China. Otros grandes productores de petróleo son Indonesia, Malasia y Birmania. Aunque las posibilidades de explotación energética de las cuencas hídricas son notables, los grandes ríos asiáticos apenas se utilizan para producir electricidad, excepto el Yeniséi, el Angará y los ríos japoneses.

En las grandes cuencas carboníferas rusas y chinas existen también importantes yacimientos de hierro. Además, Asia es rica en otros minerales metalíferos como el tungsteno (China, Corea, Tailandia, Rusia), níquel (Rusia, Indonesia), cromo (Rusia, Turquía, Filipinas, India), estaño (Malasia, Indonesia, Tailandia). También son notables los yacimientos de cinc, plomo (China, Corea de Norte), manganeso (India), bauxita, oro (Rusia), y cobre (Transcaucasia). Sin embargo, la principal potencia industrial del continente es un país pobre en materias primas, Japón, cuyo modelo de desarrollo está siendo imitado por otros países como Taiwan, Corea del Sur, así como Hong Kong y Singapur. Tanto Japón como estos países han basado su desarrollo industrial en una economía de transformación, con una amplia gama de productos destinados a la exportación. Por lo demás, hay que recordar que las grandes cuencas carboníferas siberianas y chinas han impulsado el desarrollo de grandes centros industriales (siderúrgicos) en Kuzbass, Manchuria y China central, a los que hay que añadir los importantísimos centros siderúrgicos de Japón. Por su parte, China, después de su apertura económica está registrando un importante proceso de industrialización.

Hay que recordar también, que la India, con sus problemas de subdesarrollo, cuenta con un importante aparato industrial capaz de proporcionar los productos de tecnología más avanzada.Comunicaciones. Desde la antigüedad, la conformación morfológica del continente ha favorecido un desarrollo de las comunicaciones en sentido paralelo, entre el E y el O. La red ferroviaria alcanza actualmente los 230.000 km. Destacan la línea del Transiberiano que une Moscú con Vladivostok (9.337 km) a través de Siberia, el turksib (Turkestán-Siberia) y el ferrocarril del Tauro. También se están desarrollando densas redes ferroviarias en China oriental, Japón y la India. Menos desarrolladas se encuentran las comunicaciones por carretera. Merecen mencionarse la carretera que une China con la India a través de los valles tibetanos y el Himalaya, y las vías que comunican el Mediterráneo con la India y las regiones surorientales, hasta Singapur. Por otra parte, se mantiene un activo tráfico fluvial en China e Indochina. El tráfico marítimo cuenta con buenas infraestructuras portuarias, sobre todo en Japón. También se está potenciando la zona del golfo Pérsico, con la construcción de nuevos puertos comerciales. Asimismo hay que destacar el papel especial que juega el puerto franco de Hong Kong en el comercio de la zona.

Exploraciones. Los viajes de Herodoto (s. V a.J.C) en la época de la expansión griega a Oriente proporcionaron a Occidente las primeras noticias de las tierras asiáticas. Los geógrafos de Alejandro Magno hicieron más preciso el conocimiento de Asia suroccidental, del Indo, de las costas del océano Índico y del golfo Pérsico. Los romanos, aunque se habían visto frenados en su expansión hacia Oriente por los partos, mantuvieron relaciones comerciales a través del mar con los países de Asia meridional. Con el cristianismo, numerosos misioneros se adentraron en Asia hasta llegar a la India y China. A partir del s. XI las relaciones de viajes llevados a cabo por mercaderes y viajeros árabes proporcionarían una importantísima contribución al conocimiento de Asia. A pesar de ello, el mundo asiático continuó siendo prácticamente desconocido para Europa. Las noticias de las grandes conquistas de Gengis Kan promovieron los grandes viajes de los europeos hacia Asia, con el objeto de ofrecer a los mongoles alianzas contra el enemigo común, el islam. En 1242 fue enviado por Inocencio IV el misionero franciscano Giovanni da Piano del Carpine a la corte de Gengis Kan, mientras en 1261 partían los venecianos Niccolò y Matteo Marco hacia Extremo Oriente. Diez años más tarde les acompañaría Marco, hijo del primero, en un viaje que duraría 24 años. La apertura de la vía marítima hacia Asia, después del viaje de Vasco de Gama contorneando África (1497-98) y del viaje de Magallanes, que arribó a las Molucas en 1521, permitió precisar cada vez más la posición y la extensión del continente asiático. Sin embargo, la exploración rigurosa del mismo no sería iniciada hasta el s. XVIII. Vitus Bering llegó con una expedición rusa hasta el estrecho que lleva su nombre (1728). Fueron los rusos los encargados de reconocer las costas árticas. Cheliuskin en 1742 alcanzó el punto más septentrional de Siberia. Los jesuitas aportarían muchos datos al conocimiento de Asia central y meridional. Persia y la India fueron dadas a conocer al mundo occidental por los franceses J. B. Tavernier y J. Chardin (s. XVII). El servicio británico Survey of India iniciaría en 1802 el reconocimiento exhaustivo del subcontinente indio. A partir de la segunda mitad del s. XIX, serían las expediciones científicas, sobre todo rusas y británicas, las que proporcionarían los conocimientos más decisivos de las regiones interiores de Asia.

HISTORIA

Prehistoria. En la península Indochina, Indonesia y en varias zonas de Asia septentrional se han encontrado restos del paleolítico medio. Más notables son los restos hallados del paleolítico superior, especialmente en Siberia y en Asia central. Sobre yacimientos de la última fase del paleolítico han aparecido también restos de asentamientos mesolíticos. Los principales testimonios de las grandes culturas agrícolas proceden de la zona comprendida entre el Mediterráneo, el golfo Pérsico y el mar Caspio. Hacia el VI milenio a.J.C. se desarrollaron las culturas neolíticas que desde los valles del Tigris y el Éufrates y desde el Jordán y la península de Anatolia se extenderían después hacia Oriente Próximo y Europa. También hay que destacar las culturas neolíticas existentes entre el mar de Aral y la cuencas altas de los ríos Obi y Yeniséi (culturas de Afanasevo y Andronovo), las de Asia central (Serovo), Irán (Anau), Indochina, Insulindia y China. Los avances del neolítico, con el cultivo de los vegetales, la invención de la cerámica, la cría y domesticación del ganado permitieron a los habitantes del Mediterráneo oriental y de los valles mesopotámicos desarrollar pueblos de agricultores y después de artesanos. El descubrimiento de los metales, primero el bronce y después el cobre y el oro, acabaría impulsando las grandes civilizaciones del Próximo y Medio Oriente.Historia. Será en Asia donde se producirá el salto cualitativo de las culturas primitivas a las grandes civilizaciones, que aparecerían en las cuencas fluviales mesopotámicas, entre el Éufrates y el Tigris, en la India noroccidental (cuenca del Indo) y en China septentrional (cuenca del Huang Ho).

En Mesopotamia, las formas de asentamiento estable se desarrollaron hacia el IV milenio a.J.C.. Las poblaciones más antiguas fueron las de los sumerios y los elamitas. A ellas se unirían después acadios, asirios, babilónicos, hititas, judíos, fenicios e iraníes, una vez que la cultura se difundió hacia la costa mediterránea y hacia el altiplano iraní. Se trataba de poblaciones en parte de origen semítico, en parte de origen indoeuropeo o de otras raíces, que desarrollaron elevadas civilizaciones diferentes entre sí, caracterizadas por su urbanismo monumental, su compleja organización política y social, su avanzada agricultura y la existencia de artesanos.

Los iraníes dieron un salto importante en la organización política al crear imperios de dimensiones muy grandes. El Imperio persa fundado por Ciro el Grande unificará en el s. VI a.J.C. toda Asia, desde las costas griegas hasta el Indo. La historia posterior de Asia occidental estará unida a la del continente europeo, por la expansión en la zona primero de los griegos, que se enfrentaron a los persas, y después de los romanos, que se vieron frenados por los partos.

En la India, entre el III y el II milenio a.J.C. se desarrollarían las civilizaciones urbanas de Harappa y Mohenjo-Daro, destruidas hacia el 1500 a.J.C. por los arios. Este pueblo de origen indoeuropeo se difundió en el transcurso de un milenio sobre todo por las regiones septentrionales de la India (valles del Indo y del Ganges). En esta época, la India aria elaboraría los elementos esenciales de su cultura religiosa y de su organización política.

En Extremo Oriente, la civilización más antigua fue el reino de Shang (2000 a.J.C.), un Estado de tipo feudal articulado en ciudades-estado, con una cultura avanzada. Mil años más tarde sería reemplazada por la dinastía Zhou, durante la cual se extendería el confucianismo en China. En el s. VII d.J.C. aparece en la península arábiga la figura de Mahoma, creador de una nueva religión, el islam, que cambia totalmente el perfil cultural de Oriente Medio y el N de África. Las poblaciones islámicas llegarían en el s. VIII hasta la India. El avance hacia oriente del islamismo no significó necesariamente la desaparición de las civilizaciones preexistentes. Así, el mundo persa asumió la grafía y las costumbres nuevas, pero conservó su identidad. En este tiempo se produjo también la difusión de la civilización aria en la India, aunque asumiendo numerosos elementos culturales dravídicos.

En el primer milenio de nuestra era se producía también el asentamiento en Indochina de poblaciones étnicamente más similares a los chinos, venidas del norte, como los birmanos, los thai y los vietnamitas, pero que culturalmente asimilarían sobre todo influencias indias. En Extremo Oriente, los Zhou habían sido sustituidos en el s. II a.J.C. por la dinastía Han que impuso a China una experiencia unitaria de excepcional importancia, aunque la unidad china sufriría un declinar en los siglos posteriores. Posteriormente, en el s. XIII sería casi toda Asia la que conocería una experiencia unificadora, la de la conquista mongol, encabezada por Gengis Kan y sus sucesores que se apoderaron de los territorios que se extendían desde China hasta Persia y dieron vida a la dinastía de los Yuan en China (1280-1368) y de los mongoles en la India (ss. XVI-XIX). Mientras tanto, en Oriente Medio y en los Balcanes se había desarrollado entre 1300 y 1600 el último gran Estado unitario islámico, el Imperio otomano. En el s. XV, comienza en Europa la época de las grandes exploraciones geográficas y hacen acto de presencia en Asia portugueses, españoles y holandeses, que fundan en el continente una densa red de establecimientos comerciales. Aunque el mundo islámico controlado por los turcos otomanos se mantiene cerrado, a espaldas del islam, el mundo indio carente de una profunda unidad política va cediendo gradualmente ante el avance de los europeos. Así, en el s. XVIII se va a iniciar una penetración más sistemática. La India se convierte en campo de batalla de las disputas entre franceses y británicos, permaneciendo finalmente en manos de estos últimos, que concluirían su colonización en 1858. Francia, por su parte, se establecería a finales del s. XIX en Indochina, Malaca y Sumatra, mientras Holanda se había asentado anteriormente en Indonesia. Al N, la potencia zarista llevaba a cabo su expansión hacia oriente, hasta llegar al mar de Ojotsk. Durante un tiempo, China, Corea y Japón habían mantenido un aislamiento rígido para defenderse de las injerencias extranjeras, pero en el s. XIX el destino de todo el continente parecía el colonialismo directo o indirecto. China había tenido que abrirse también al aprovechamiento colonial europeo por los tratados de 1842. En el otro extremo del continente, después de la I Guerra Mundial y la caída del Imperio otomano, Francia y Gran Bretaña se repartieron los países árabes de Asia occidental.

Japón lograría conservar su independencia, transformándose durante el período Meiji (1868-1912) en una potencia industrial de corte occidental. A partir de 1920 comenzarían a surgir en Asia diversos movimientos nacionalistas. Como consecuencia de ello, la India consiguió su independencia al acabar la II Guerra Mundial, convirtiéndose, a pesar de sus problemas internos, en un país de gran peso internacional por

sus dimensiones históricas y humanas. China, después de un período de guerra civil, inició una nueva época bajo el signo del comunismo, convirtiéndose en la tercera potencia militar y política del planeta, mientras Japón, a pesar de su derrota en la II Guerra Mundial llegaría a ser la tercera potencia económica de la Tierra. Oriente Medio, por su parte, se vio desestabilizado después de la retirada de las potencias occidentales por la creación del Estado de Israel, causa de cuatro conflictos con los países árabes. La descolonización de Indochina se encadenó con un conflicto que implicó primero a Francia y después a EE UU (guerra y unificación de Vietnam), y que posteriormente derivaría en una guerra de fronteras entre los Estados de la zona.

En los últimos años, tras la guerra entre Irán e Iraq y después de la invasión de Kuwait, el Oriente Medio se ha convertido en un foco de tensión internacional. Después de la extinción de la Unión Soviética y debido a los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiján, también han aparecido nuevas áreas de conflicto en la zona del Cáucaso.