CONCEPTOS DE ANTROPOLOGÍA SOCIO-CULTURAL
Cultura global
Cultura global, es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un periodo determinado. El término ‘cultura’ engloba además modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistemas de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias. A través de la cultura se expresa el hombre, toma conciencia de sí mismo, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos significados y crea obras que le trascienden.
Cultura de clase
Cultura de clase, es la forma cultural propia y exclusiva de cada clase social. El concepto de cultura de clase es ambiguo y polémico, ya que algunos autores consideran que sólo existe una cultura común y no culturas peculiares de cada clase social; otros, sin embargo, defienden la subcultura de clase.
Cada clase o estrato social mantiene actitudes, comportamientos y modos de vida peculiares que dan como resultado formas y valores culturales propios. El antropólogo estadounidense Oscar Lewis denominó ‘cultura de la pobreza‘ a las formas culturales de la clase baja, de los desheredados. Al estudiar a diversas familias mexicanas en situación de extrema precariedad, señaló que las características de la ‘cultura de la pobreza’ son universales, ya que son las mismas en cualquier país. Para Lewis, el espíritu gregario, la violencia doméstica, las uniones consensuales, el fatalismo y el autoritarismo son situaciones típicas que se dan en cualquier situación de pobreza.
Subcultura
Subcultura, es cualquier grupo de individuos con creencias, actitudes, costumbres u otras formas de comportamiento diferentes a las dominantes en la sociedad, aunque participen de ella.
La subcultura es un concepto aplicable a grupos reducidos, como las minorías étnicas, los consumidores de drogas o incluso a grupos religiosos o comunidades homosexuales. Se ha afirmado que la subcultura que crean dichos grupos sirve para compensar a sus miembros del hecho de ser considerados elementos marginales por la sociedad dominante (véase Marginación social). Según esto, un consumidor de drogas con un nivel social bajo dentro de una comunidad convencional podría lograr un gran respeto por parte de otros consumidores según los valores y parámetros que rigen dentro de su grupo. Los lazos entre los integrantes de una subcultura se ven reforzados por el hecho de hallarse enfrentados a los valores y comportamientos de la sociedad dominante. Las subculturas hacen hincapié en ciertas características como la forma del lenguaje o de la indumentaria para crear y mantener una diferencia frente a la cultura dominante. Esta diferencia es al mismo tiempo una reafirmación de orgullo individual y de pertenencia a un grupo. Aunque las subculturas se dan en grupos minoritarios, también dentro de esos mismos grupos pueden darse otras subculturas, como es el caso de los grupos punks dentro de la juventud o de las feministas separatistas dentro del feminismo.
El concepto de subcultura plantea el problema de la presunción de la existencia de una cultura dominante específica. Actualmente muchas sociedades occidentales están compuestas de una gran variedad de grupos étnicos y sociales; los límites entre agrupaciones basadas en criterios sociales, sexuales, de edad, de etnia, de religión y nacionalidad son cada vez más difíciles de marcar y la interrelación de estos grupos es cada vez más frecuente. Aunque el concepto de subcultura no es unívoco, sirve como herramienta de trabajo en los análisis de las estructuras sociales y las costumbres de los grupos minoritarios. Véase también Cultura de clase.
Relativismo cultural
Relativismo cultural, es un concepto antropológico según el cual cada cultura es un sistema cerrado sobre sí mismo, equiparable moral y funcionalmente a cualquier otra.
Según el relativismo cultural, toda cultura se explica a sí misma y forma un conjunto asentado por la historia con una capacidad de reproducción indeterminable temporalmente, al menos en teoría. Ello no supone que las relaciones sociales sean consideradas como inmutables, ya sean simétricas o asimétricas, sino que la cultura de cada grupo social sirve para que hipotéticamente se puedan perpetuar y/o adaptar en igual medida que las de cualquier otro grupo. Dicho de otro modo, otorga igual grado de complejidad y de racionalidad o irracionalidad a todas las culturas.
En la historia, el relativismo cultural surge como reacción al eurocentrismo, paternalista o colonialista, patente en algunos de los primeros etnógrafos y exploradores. Hoy sustenta la aproximación cultural más igualitaria a nivel político y objetiva en su metodología.
Área cultural
Área cultural, es un espacio imaginario, social y geográfico en el que son comunes las relaciones sociales, los sistemas de valores, los modos de vida, las tecnologías materiales y, en menor medida, las características ecológicas para las personas que lo habitan.
Un área cultural puede estar habitada por un solo pueblo —con sus variantes internas culturales— o por varios de culturas similares. Es un concepto útil para los científicos sociales y también para los pueblos que buscan una emancipación común. Sin embargo, algunas veces carece de sentido para los miembros que la habitan, más preocupados por encontrar diferencias que similitudes con sus vecinos.
Este concepto ha sido desarrollado y utilizado por algunos autores clásicos de la antropología social. Clark Wissler, con el propósito de fechar sus rasgos particulares, lo centró en trece categorías, la mayor parte de ellas pertenecientes a la tecnología material. Otros han sido: Edward Sapir, Alfred Kroeber, Franz Boas y Melville Jean Herskovits.
Cambio cultural
Cambio cultural, concepto que expresa las múltiples formas en que la sociedad modifica sus pautas o patrones de conducta, es decir, aquellas actividades relativamente uniformes que le sirven de modelo. Al parecer, las pautas de conducta de todas las sociedades están en constante cambio y transformación.
El cambio cultural puede ser resultado de factores internos o externos. Los factores de carácter general que pueden influir en el cambio cultural son básicamente tres: las alteraciones en el ámbito ecológico (por ejemplo, cambios en el medio ambiente, migraciones de población); el contacto de dos sociedades con pautas de conducta distintas (véase Asimilación; Aculturación), y el cambio evolutivo dentro de una sociedad determinada (por ejemplo, el paso de una economía de recolección a una economía agrícola y de domesticación).
El antropólogo estadounidense Julian Steward atribuyó mayor importancia al ámbito ecológico al considerar que el factor primordial era la "adaptación de una cultura a su medio". Véase también Ecología cultural.
El cambio cultural puede ser analizado en periodos de tiempo de breve o larga duración (niveles reducidos o amplios), pero los métodos de investigación requieren que se lleve siempre a cabo el ‘estudio comparado’, es decir, confrontar los procesos de cambio del comportamiento individual, la estructura social y las etapas del desarrollo cultural.
Aculturación y Transculturación.
La Aculturación, es un proceso por el cual el contacto continuo entre dos o más sociedades diferentes genera un cambio cultural. Éste puede producirse de dos formas diferentes: el caso en el que las creencias y costumbres de ambos grupos se fusionan en condiciones de igualdad dando lugar a una única cultura y el caso más frecuente en el que una de las sociedades absorbe los esquemas culturales de la otra a través de un proceso de selección y modificación. Este cambio suele producirse a causa de una dominación política o militar que por lo general provoca notables alteraciones psicológicas y una gran inquietud social.
El término aculturación se utilizó por primera vez en antropología a finales del siglo XIX. Después de la II Guerra Mundial se convirtió en un importante campo de estudio de la antropología aplicada.
El proceso por el cual los individuos o los grupos quedan absorbidos y adoptan la cultura dominante se denomina transculturación o asimilación.
Etnocentrismo
El etnocentrismo, en antropología, es la creencia en la superioridad de la propia etnia. En un sentido radical, teoría según la cual la propia etnia está en el origen de las (escasas e hipotéticas) bondades de las demás; las maldades de estas otras pasan a ser invención exclusiva de ellas mismas. En un sentido menos radical, hábito de examinar a los demás grupos sociales desde el punto de vista de la propia cultura, es decir, incorporando a un examen objetivo todas las subjetividades históricas y sociales inherentes a cualquier cultura.
Las potencias coloniales elevaron el etnocentrismo a la categoría de dogma y basaron en él las sinrazones de su fuerza convirtiéndole en la excusa última de su expansión. En mayor o menor grado el etnocentrismo está presente en todas las sociedades humanas, siendo en los pueblos sojuzgados un mecanismo de defensa frente a la conquista y la asimilación. Hasta los autodenominados ‘cosmopolitas’ lo practican, sólo que, en su caso, enaltecen su pertenencia a una supuesta cultura universal no menos única que las demás. En definitiva, la expresión popular etnocentrista: "mi pueblo, con razón o sin ella", es ubicua y eterna.
Etnía
La Etnía (del griego ethnos, ‘pueblo’), en antropología, es la unidad tradicional de conciencia de grupo que se diferencia de otros por compartir lazos comunes de nacionalidad, territorio, cultura, valores, raza o tradición histórica. La etnia no constituye una unidad estática, por lo que sus características pueden variar a lo largo del tiempo. El incremento de la población puede generar su desplazamiento, separación o transformación, al sufrir el contacto con otros grupos étnicos.
El antropólogo estadounidense Robert Henry Lowie fue el primero que intentó definir la noción de etnía al estudiar a diversas tribus amerindias de Estados Unidos de forma monográfica. Unidad de base de la etnología, el estudio exclusivo de determinadas etnias ha sido habitual entre algunos antropólogos, que han creado así relaciones privilegiadas con los habitantes de una determinada región o territorio. Podemos afirmar que Bronislaw Malinowski es el especialista de los pueblos de las islas Trobriand, Franz Boas el de los kwakiutl y Evans-Pritchard el de los nuer y azande.
En los últimos años el término etnia ha pasado a ser sinónimo de ‘grupo indígena’ (por ejemplo, la etnia cakchiquel de Guatemala o los cunas de Panamá) y se ha acuñado el término ‘minorías étnicas’ para designar específicamente a las minorías culturales (por ejemplo, los kurdos o gitanos).
Numerosas etnias amerindias que están organizadas en aldeas, presentan una mínima integración en la economía monetaria y en una cultura que es el resultado de la mezcla de elementos hispánicos con la propia tradición.
TEORIAS DE LA CULTURA MÁS RELEVANTES.
* Evolucionismo cultural, concepto antropológico que en un sentido unilineal se esboza antes de Darwin, pero que en último término deriva del evolucionismo biológico que surgió a finales del siglo XIX. En su sentido clásico, es la teoría según la cual las sociedades ‘deben’ pasar por sucesivos estadios de desarrollo. En un sentido más actual, se elimina la obligatoriedad del tránsito por etapas pero se mantiene contradictoriamente la existencia de alguna clase de diferenciación.
Sus orígenes, que van desde mediados hasta finales del siglo XIX, con Lewis Henry Morgan (1) y Edward Burnett Tylor (2) como principales teóricos, sostienen que la evolución de la humanidad pasa por tres fases: salvajismo, barbarie y civilización. Por lo tanto, los pueblos llamados ‘primitivos’ son anteriores e inferiores a los de cultura europea.
Sin embargo, a raíz de la observación de campo y sobre todo a partir de la descolonización, se abandona por arbitraria y eurocéntrica lo supuestamente ineludible de este esquema. Hoy se mantiene la trivial evidencia de que las culturas evolucionan sin jerarquización alguna, prestando más atención a los fenómenos de aculturación.
La antropología surgió como campo diferenciado de estudio a mediados del siglo pasado. En Estados Unidos, el fundador de dicha disciplina fue Lewis Henry Morgan, quien investigó en profundidad la organización social de la confederación iroquesa. Morgan elaboró en su estudio La sociedad primitiva (1877) una teoría general de la evolución cultural como progresión gradual desde el estado salvaje hasta la barbarie (caracterizada por la simple domesticación de animales y plantas) y la civilización (iniciada con la invención del abecedario). En Europa, el erudito británico Edward Burnett Tylor, construyó una teoría sobre la evolución del hombre que prestaba especial atención a los orígenes de la religión. Tylor, Morgan y sus contemporáneos resaltaron la racionalidad de las culturas humanas y argumentaron que en todas las civilizaciones la cultura humana evoluciona hacia formas más complejas y desarrolladas.
A mediados del siglo XIX se crearon, además, importantes fundaciones de arqueología científica, sobre todo a cargo de arqueólogos daneses del Museo Nacional de Antigüedades Septentrionales en Copenhague. A partir de unas excavaciones sistemáticas llegaron a descubrir la evolución de los utensilios y herramientas durante la edad de piedra, la edad del bronce y la edad del hierro.
( 1) Lewis Henry Morgan, (1818-1881), antropólogo estadounidense. Nació cerca de Aurora, Nueva York, y estudió en el Union College. Comenzó a ejercer como abogado en 1844, pero más tarde se interesó tanto por la cultura de los indígenas americanos que dedicó la mayor parte de su vida a las investigaciones antropológicas, bajo los auspicios del Instituto Smithsoniano y del gobierno de Estados Unidos. Un estudio sobre los sistemas de parentesco existentes entre los distintos grupos indígenas le indujo a realizar una investigación exhaustiva sobre el mismo tema, pero en todo el mundo, que dio lugar a su monumental obra descriptiva Sistemas de consanguinidad y afinidad de la familia humana (1870). En su obra más conocida, La sociedad primitiva (1877), un estudio de la evolución social, Morgan planteó su teoría (cuya demostración originó más tarde una gran controversia entre los eruditos) según la cual la familia humana y los sistemas humanos de emparejamiento han surgido a lo largo de unas etapas concretas y sucesivas de promiscuidad, matrimonio en grupo, poligamia y monogamia.
( 2 ) Edward Burnett Tylor, (1832-1917), antropólogo inglés, junto con Lewis Henry Morgan es uno de los dos principales fundadores de la antropología. Nacido en Camberwell, Inglaterra, realizó sus estudios con los cuáqueros. Tylor comenzó a interesarse por la antropología durante una de sus convalecencias en el Caribe, en concreto en la isla de Cuba, ya que no gozaba de buena salud. Aquí conoció al etnógrafo aficionado, también cuáquero inglés, Henry Christy, quien en 1856 le pidió que le acompañara en una expedición científica a México. Consecuencia de este viaje fue su primer libro, Anáhuac (Anahuac of Mexico and the Mexicans, Ancient and Modern, Londres 1861), en el que reúne valiosas observaciones sobre los antiguos mexicanos.
Tylor fue el primer titular de una cátedra de antropología, cargo que desempeñó en la Universidad de Oxford desde 1896 hasta 1909. Sus estudios sobre animismo y su definición de cultura ("conjunto complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otras producciones y maneras de vivir nacidas del hombre que vive en sociedad") constituyen las primeras contribuciones importantes al campo de la antropología. El animismo representa para Tylor la primera fase de la religión, que más tarde se prolonga en el fetichismo, el culto a la naturaleza, el politeísmo y, por último, el monoteísmo. Su teoría fue muy criticada por James George Frazer y por Marcel Mauss.
Sus obras principales son: Investigaciones sobre la historia primitiva de la humanidad y sobre el desarrollo de la civilización (1865), Cultura primitiva (2 volúmenes, 1871) y Antropología (1881), un resumen de los conocimientos de su época. En 1891 Tylor presidió la Sociedad de Antropología.
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* El Difusionismo, en antropología, es la escuela que cree que los rasgos culturales tienen un único origen a partir del cual se dispersan geográficamente y son adoptados por otras sociedades.
El difusionismo nace a finales del siglo XIX como una exageración simplificadora del evolucionismo y sobrevive hasta mediados del siglo XX. Nadie niega que entre pueblos vecinos pueden darse préstamos y copias; sin embargo, los difusionistas llegaron a extremos tales como haber pretendido encontrar el origen de objetos tan universales como la punta arponada o los dibujos rupestres. Estos ‘hallazgos’ niegan explícitamente cualquier invención autónoma a los pueblos menos favorecidos por las excavaciones arqueológicas, la relación recíproca entre las sociedades vecinas y la convergencia adaptativa, tan presentes en el mundo natural como en el cultural o humano.
Los alemanes Leo Frobenius, Wilhelm Schmidt y Fritz Graebner, sus representantes más ilustres, desarrollaron las teorías de los Kulturkreislehre y Kulturkreise (círculos de cultura).
* El Funcionalismo, es una teoría que considera a la sociedad como un conjunto de partes (normalmente, instituciones) que funcionan para mantener el conjunto y en la que el mal funcionamiento de una parte obliga al reajuste de las otras. La idea de que la sociedad consiste en un conjunto de instituciones relacionadas, que trabajan en favor del sistema en su conjunto, se remonta en la época moderna, a los escritos de Maquiavelo, y fue desarrollada por Montesquieu y los ilustrados.
En la primera mitad del siglo XX, el funcionalismo fue un modelo teórico importante para llevar a cabo estudios antropológicos. Malinowski (3), a partir de las investigaciones de campo que realizó en las islas Trobriand, concibió una teoría de la cultura que explicaba la existencia de las instituciones sociales por su capacidad de satisfacer las necesidades psicológicas humanas. El estructural-funcionalismo de Radcliffe-Brown (4) reaccionó a este punto de vista, sosteniendo que el funcionamiento y la existencia de las instituciones sociales debía ser explicado en términos sociales, y no reducido a motivaciones psicológicas. Este punto de vista se creó en torno al estudio de unidades sociales pequeñas y autosuficientes, en las que es relativamente fácil suponer un sistema de funcionamiento como totalidad.
Debido a su insistencia en el mantenimiento del sistema, el funcionalismo ha sido a veces criticado por parecer una ideología reaccionaria. Desde luego, en el estudio de sociedades complejas es difícil aplicar modelos funcionalistas, especialmente en sociedades de clases que conceden una gran importancia al conflicto, aunque los intentos de aplicación de la teoría de sistemas y la obra sociológica de Talcott Parsons han arrojado importantes modelos de comprensión funcionalista de las sociedades complejas.
( 3 ) Bronislaw Malinowski, (1884-1942), antropólogo británico de origen polaco, considerado el fundador de la escuela funcional de antropología, defendió que las instituciones humanas deben analizarse en el contexto general de su cultura.
Nacido en Cracovia, Polonia, realizó sus estudios en las universidades de Cracovia, Leipzig y Londres. En 1914 participó en una expedición a Nueva Guinea y Melanesia, y en los siguientes cuatro años se dedicó a estudiar los pueblos de las islas Trobriand. Malinowski comenzó a impartir clases en la Universidad de Londres en 1924 y fue nombrado profesor de antropología social en 1927. Entre 1939 y 1942 fue profesor invitado de la Universidad de Yale (EEUU). Sus investigaciones acerca de la formación de la cultura humana le llevaron a realizar numerosos estudios en África, América Latina y algunas partes de Estados Unidos.
Para Malinowski, la noción de contexto e interdependencia de los hechos sociales son fundamentales para el estudio de las culturas. Escribió varios libros sobre antropología sociocultural, entre los que destacan: La familia entre los aborígenes de Australia (1913), Crimen y costumbre en la sociedad salvaje (1926), Sexo y represión en la sociedad primitiva (1927), El cultivo de la tierra y los ritos agrícolas (1935), Jardines de coral y su magia (1935). Algunas de sus obras se publicaron después de su muerte, como: Dinámica del cambio de la cultura (1945) y Magia, ciencia y religión (1948).
( 4 ) Alfred Reginald Radcliffe-Brown, (1881-1955), antropólogo social inglés, consideró que la vida de una sociedad debía ser observada como un sistema funcional (véase Funcionalismo).
Nacido en Birmingham, realizó sus estudios en el Trinity College de Cambridge, donde obtuvo, en 1905, el título de ciencias morales y del espíritu. Fue discípulo del sociólogo francés Émile Durkheim, quien defendía que se debían aplicar métodos científicos al estudio de las sociedades y de sus valores compartidos, lo que él denominó "conciencia colectiva".
Su primer libro, Los isleños de las Andamán, fue publicado en 1922 y recoge las investigaciones antropológicas, en forma de encuestas de larga duración, sobre las costumbres de los habitantes de las islas Andamán, región que visitó en el año 1906. Posteriormente estudió los sistemas de parentesco de las sociedades aborígenes de Australia, describiendo sus propias conclusiones, que comparó con las de otros investigadores en su famosa obra: La organización social de las tribus australianas (1931).
Radcliffe-Brown fue conferenciante y catedrático de antropología social en las universidades de Ciudad de El Cabo (1920-1925), donde fundó la Escuela de Costumbres y Lenguajes Africanos; también dio clases en las universidades de Sydney (1926-1931), Chicago (1930) y Yenching (China, 1931-1937), antes de convertirse en el primer catedrático de antropología social de la Universidad de Oxford desde 1937 hasta 1946. Después de dos años destinado en Brasil durante la guerra, continuará impartiendo cátedra después de jubilarse en las universidades de Alejandría (1947-1949), Manchester y Londres. Radcliffe-Brown presidió el Real Instituto de Antropología y la Asociación de Antropólogos Sociales de Gran Bretaña.
Su obra Estructura y función en las sociedades primitivas (1952) constituyó una exposición general de sus teorías estructurales-funcionalistas, y su Método de antropología social (1958) defendió que la elaboración de esta ciencia se basaba en una analogía entre los organismos biológicos y los sistemas sociales.