GEOGRAFÍA DE EUROPA
Continente Situado en Hemisferio Norte Superficie 10.354.630 km² |
Es el segundo continente más pequeño, con una extensión de 10.359.358 Km2, pero ocupa el segundo lugar en población, después de Asia, con más de 699 millones de habitantes (según estimaciones de 1993), a pesar de tener el índice de crecimiento más bajo, y el primer lugar en cuanto a densidad media de población: unos 70 hab/Km2. Sin embargo, la densidad varía mucho de unas regiones a otras, siendo muy alta en países como Holanda, Bélgica, Alemania o Inglaterra, y muy baja en otros como Noruega e Islandia. La población tiende a concentrarse en núcleos urbanos, lo que ha hecho de Europa el continente más urbanizado. La constitución geológica de Europa está formada, de norte a sur, por la Placa Fenoescandinava, una antigua masa de rocas cristalinas permanentes; la Gran Llanura Europea, un ancho cinturón de materiales sedimentarios relativamente planos; la Meseta Central Europea, una zona de estructuras geológicas superpuestas, creada por la acción de las fallas, los plegamientos y los volcanes; y una región de formaciones montañosas, relativamente recientes. Esta estructura geológica ha contribuido a crear las numerosas regiones fisiográficas que constituyen el paisaje de Europa. Desde un punto de vista hidrográfico, Europa cuenta con una estructura fluvial radial, en la que la mayoría de los ríos fluyen desde el centro del continente hacia el exterior y que permite la interconexión de los ríos mediante canales. El río más largo de Europa es el Volga, seguido del Danubio. El clima en Europa está determinado por su carácter preferentemente marítimo; por su situación en la zona templada, a excepción del norte de Escandinavia, que se encuentra en el área polar; por la presencia de la corriente cálida de la deriva del Atlántico Norte, que contribuye a suavizar las temperaturas del continente, y por la cercanía de las masas continentales asiática y africana. La latitud y la proximidad del mar permiten definir esencialmente tres grandes tipos de clima en Europa: mediterráneo, atlántico y continental. En general, Europa central y occidental gozan de un clima moderado, con inviernos fríos y veranos templados. Los vientos del oeste, que se calientan al pasar sobre la corriente oceánica del Atlántico Norte, traen precipitaciones durante casi todo el año. En la zona mediterránea los meses de verano suelen ser calurosos y secos, y la mayoría de las precipitaciones se recogen en otoño y primavera. Hacia el este, a partir aproximadamente de Polonia central, se reduce el efecto moderador de los océanos y, por consiguiente, el clima se vuelve más frío y seco, al igual que en las zonas más septentrionales del continente. Aunque buena parte del continente, en particular la occidental, estaba en su origen cubierta por bosques, la flora se ha visto seriamente afectada por la expansión humana y la consiguiente deforestación. En función de la altitud y en correspondencia con las zonas climáticas, se suceden de norte a sur los siguientes tipos de vegetación: en las regiones extremas septentrionales, los musgos y líquenes característicos de la tundra; el bosque de coníferas que ocupa vastos territorios de la Europa septentrional y oriental, así como las vertientes de la Europa central y meridional; bosques caducifolios; la vegetación típica mediterránea, que convive con muchas especies tropicales importadas y, en algunas áreas poco lluviosas del interior del continente, la estepa. En Europa existe una gran variedad de recursos minerales, entre los que destacan el carbón, el cobre, el plomo, el estaño, el petróleo y el gas natural. |
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